Tener un robot de cocina en casa es como tener una pequeña fábrica de platos preparados propia en casa. Ya sea Thermomix o Thermochef, funcionan igual y hay poca diferencia entre ellas.
Con un robot de cocina sabes que cuando preparas arroz con leche va a salir igual cada vez, perfecto. Por supuesto, siempre puedes hacer pequeñas variaciones de la receta original y utilizar tu gran creatividad. Sin embargo, algo tan cansado y dedicado como tener que mover el arroz con leche para que no se pegue lo hará la máquina por ti.
Todas las personas que conozco que tienen el robot de cocina están encantadas. Mis padres lo tienen y no se nota la diferencia con platos cocinados por "humanos". La verdad, es una buena inversión si lo vas a usar al menos un par de veces a la semana, porque estos productos son caros, como un ordenador.
A diferencia de la famosa liquadora que seguro acabó en el fondo de un armario, no corres este peligro con el robot de cocina, porque hace tantas funciones que ya solo por eso vale la pena: guisa, ralla, bate, remueve, pica, rehoga, amasa, cuece, tritura, cocina al vapor, trocea, sofrie...
Piensa sobre todo en el tiempo que te ahorras haciendo las funciones más mecánicas de la cocina, porque es una máquina que programas y dejas haciendo su trabajo mientras tú haces otras cosas. Así tú podrás dedicarte a la parte más creativa y entretenida de la cocina.
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